Quién les dijo que la vida tiene dueño (Poema)
- Juan Román
- 31 may 2015
- 2 Min. de lectura

Te extraño desde la tarde en que jamás llegaste, me he cansado de esperarte pero lo sigo haciendo. Todavía no consigo entender por qué marchaste, Ya no puedo ni rezar, digo mis plegarias maldiciendo. Qué pudo detenerte que demoras tanto, por qué te arrebataron de mis manos, Quién le teme a un joven que trabaja el campo. Quién fue capaz de causarnos tanto daño. Por qué tu cuerpo fue profanado por extraños.
Quién tiene el derecho de romper tus sueños. Cómo un niño puede perderse así… de pronto. Quién les dijo que la vida tiene dueño. Qué pudo detenerte que demoras tanto.
Dónde estás ahora, por qué no vienes. Cuándo terminará esta esté mal sueño. Cuándo entrarás por la puerta de la vieja casa; quién les hizo creer que la vida tiene dueño.
Cuándo entrarás por la puerta de la vieja casa; cansado y hambriento, con el alma triste, pero con la mirada llena de esperanza, con tus libros en la mano y en el bolsillo una buena causa. Cómo un niño puede perderse así... de pronto.
De tanto esperar, sin ver la puerta abrirse, mi corazón se marchitó y la fe se fue muriendo. Te añoro como se esperan las cosas imposibles. La casa se quedó vacía la madrugada en que te fuiste. Ya no hay un joven de ojos tristes que enseña su alma, al calor del brasero, mientras bebe una taza de café. Cómo un niño puede perderse así… de pronto.
¿Qué tanto pensabas dulce niño? ¿Qué le decías alba? ¿Qué era eso que tanto pesaba en tu espalda? Por qué alguien se atrevió a hacerte daño. Cuándo vendrás de nuevo. Quién me dará una razón de ti. Por qué alguien se atrevió a hacerte daño. Quién les dijo que la vida tiene dueño.
Quién ha osado a arrebatarte de mis manos. Qué hay en tu mirada, en tu boca… Qué hay en tus sueños: Para que ellos deseen romperlos. Por qué pusieron en tu boca la mordaza Por qué les hace tanto daño tu garganta.
Quién puede sentir miedo de un joven que trabaja el campo. Quién le teme al hombre que desnuda su alma, En el brasero, mientras sostiene una taza de café. Por qué les hace tanto daño tu garganta.
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