Añoranza (Poema)

Te diría que te extraño,

que no te olvido nunca;

que vives conmigo como un fantasma

quizá una sombra, que es la mía.

A lo mejor yo soy el fantasma,

Y la sombra, los recuerdos y la añoranza.

Entonces: esta sombra no es la mía,

es sólo un recuerdo tuyo.

Que vive abandonado, apartado de ti;

extrañándote y esperando.

Esperando ¿Qué?

Un regreso, una vida anterior; otro recuerdo.

Sí acaso alguna de esas cosas existe,

entonces dejaré de ser la sombra,

el recuerdo y la añoranza.

Quizá para ser ya nada.

Vivimos la sombra y yo,

mi sombra o una tuya que ya olvidaste,

vivimos de la nostalgia;

como lo hace el moho

que se aferra a las paredes.

Quizá volver,

y que te acuerdes de nosotros:

nos dejará secos e inertes.

Porque una vez más te llevarás

Lo que me mantiene vivo.

Antes era la esperanza y los sueños,

ahora tu sombra, los ecos, la añoranza

Y la húmeda nostalgia;

que nos hace tan bien a los fantasmas.

Te diría que te extraño,

Pero ahora llueve mucho y no me salen las palabras;

Seguramente porque en ti,

También hay algo de tristeza.

Esa tristeza que es tan mía,

y de los días que llueve,

Ahora sé que estamos juntos.

Que existimos por la melancolía

y los ecos de paredes viejas y llenas de humedad.

Que somos dos ánimas,

pernoctando cada una en un lugar distante.

Como esa sombra compañera,

Que vino el día en que te fuiste.